¡Será posible cómo somos en España que, por muchísimo calor que haga en verano, todos preferimos las bodas en verano! Y es que la celebración en una finca, al aire libre, con el sol poniéndose en el horizonte, nos gusta demasiado y somos capaces de soportar los 40 grados a la sombra. Eso sí, es importantísimo que si estás sudando la gota gorda no se note luego en las fotos, y que el recuerdo de tu boda sea precioso ¡forever and ever!
Así que si te casas, no olvides el gran papel que desempeña un fotógrafo profesional en el día de tu boda, ¡que menudo disgusto te puedes llevar si luego descubres que las fotos son una castaña! Después de tantos meses de organización, decisiones varias y muchos nervios, los novios quieren que todo salga a la perfección, que los invitados se lo pasen genial y todos salgan guapísimos con sus vestidos y trajes en las fotos. ¿Te atreverías a dejar esta tarea en manos de cualquiera por ahorrarte unos pocos euros?
Nosotros sabemos que una ocasión TAN especial únicamente lo puede cubrir un experto en fotografía de bodas pero sin necesidad de gastarse un riñón. La prueba la tenéis aquí, en las fotos de la boda de Marta y José. ¡Las fotos han quedado tan bonitas que hasta nos han entrado ganas de casarnos! Y los novios han quedado encantados con el resultado. ¡Enhorabuena, chicos!
Hay un millón de formas distintas de hacer que tu boda sea única, desde llevar un vestido de novia original, hasta poner una noria en mitad de la finca de celebración. Sin embargo, hay algunas ideas que marcarán la diferencia en tu boda sin necesidad de tirar la casa por la ventana (o sí, eso como tú veas)
1. Dedicatorias originales
El típico libro de firmas está muy bien, pero al final todo el mundo acaba poniendo las mismas moñadas y buenos deseos para los recién casados. ¿Y si les hicierais una pregunta abierta para que se explayen? “¿Qué consejo nos daríais para ser un matrimonio feliz?”, “¿nos recomiendas que adoptemos un perrito o un gatete?”, “¿qué técnica de relajación podemos hacer cuando nos saquemos de quicio?”. Las respuestas que darán seguro que hacen que os muráis de la risa y recordéis vuestra boda con cariño.
2. Caricaturas y dibujos
Que no falte un buen fotógrafo, pero quizás un dibujante pueda darle un toque diferente a los recuerdos del día de tu boda. ¿Te imaginas a tus amigos medio bolingas posando para un caricaturista? ¿O un dibujo de la ceremonia, como los que hacen en los juicios americanos? Una bonita y original forma de inmortalizar el que quizás sea uno de los días más emocionantes de tu vida.
3. Actividades para niños
Por muy divertido que sea para los niños reencontrarse con los primos del pueblo en tu boda, al final llega un punto en el que se aburren y empiezan a dar la lata a sus progenitores. Por eso, algunas parejas deciden incluir actividades infantiles para que la fiesta no pare para nadie, ni pequeños ni mayores. Camas elásticas, castillos hinchables, cuentacuentos… Los peques se lo pasarán en grande y seguro que hasta los adultos se acaban sumado al jolgorio.
4. Saca tu lado friki
Si eres un fanático de Juego de Tronos o estás fully in love de Harry Potter, atrévete a hacerles hueco en la celebración de tu boda y que tus invitado alucinen en colores. Puedes hacerlo en modo light, poniendo su banda sonora en vuestra entrada al salón del banquete, o tirar la casa por la ventana y montar una sesión de fotos temática. ¡Qué digo sesión de fotos! ¡La boda entera tematizada! Es vuestro día, así que aprovechad para hacerlo a vuestro gusto, sea cual sea.
5. Comida take away
Otra cosa no, pero comer y beber en las bodas se hace en exceso y sin miramientos. ¡Y es una pena! Porque siempre acaba sobrando muchísima comida por la que has pagado. ¿Por qué no meterla en un tupper y que los invitados se la puedan llevar a casa? Después de la resaca que tendrá más de uno, seguro que agradecen tener algo rico en la nevera para reponerse.
Ya sea una boda, un cumpleaños, o relacionado con tu negocio, un evento puede sacar lo peor que llevamos dentro cuando la desesperación se hace amiga de la falta de tiempo. Si la organización de eventos puede ser tan dura, ¿cómo puede existir gente que lo disfrute? ¡Pues si! ¡Existimos! ¡Y LO DISFRUTAMOS DE VERDAD! Pero porque tenemos nuestros truquitos en la manga para no volvernos locos, y somos tan majos que los vamos a compartir con vosotros.
1. Calendario
Ni se te ocurra, repito, ni se te ocurra meterte en el berenjenal de organizar nada sin un calendario porque los días, las semanas y, peor aún, los meses pasan más rápido de lo que desearíamos, y nos puede pillar el toro con todo patas arriba. Por eso, marca el timing de cada fase con calendario en mano, cuándo toca poner en marcha qué, y se revísalo periódicamente. ¡Solo así podrás evitar que el estrés se apodere de ti cual exorcismo!
2. Agenda
Llámalo agenda, libreta, cuaderno, folios, post-its, notas en el móvil… Pero lleva siempre algo donde anotar todas las ideas que se te vayan ocurriendo, los contactos que necesitas para el evento, y, ojo, importante, hacer un millón de checklist para comprobar que ningún cabo se queda suelto. Todos hemos pecado de decir “de esto me acuerdo luego” y luego se acuerda Rita. Eso sí, centraliza los apuntes en algún sitio. Tener unos por aquí y otros por allá hará que pierdas los papeles si buscas alguna nota y no la encuentras.
3. Comunicación
La comunicación es el paso número uno para que las cosas salgas decentes en cualquier ámbito de la vida. En pareja, en el trabajo, con la familia… Si tienes algo que decir, ¡comunícate! Y si estás organizando un evento, ¡no pares de comunicarte ni un segundo! Es fundamental que preguntes cuando tengas dudas y no des por obvias cosas que quizás no lo son. Consulta estas cuestiones con el cliente, los proveedores y tu equipo. Si cada uno está en páginas distintas de la organización del evento sin ser consciente de ello, el resultado puede ser un churrete bastante grande.
Y luego ya súmale al evento originalidad, consecución de objetivos, ajustarse al presupuesto y diversos detalles técnicos de la puesta en escena del sarao que has montado. Pero si cumples al dedillo el 123 de la organización de eventos, el resto puede ser coser y cantar, ¡y que incluso te lo pases tan bien como nosotros! 😜😜😜
¿Se os ocurre un evento en el que se hagan más fotos que una boda? ¡Ese día no hay batería de móvil o cámara que resista tantas horas de foto y vídeo del gran evento! Y es normal, porque uno no se casa todos los días y hay que inmortalizar cada segundo para la posteridad y con el mejor decorado posible. Y es que no hay nada como contar con un wedding planner para que tu boda sea lo más de lo más y entre las propuestas más llamativas seguro que se encuentra esta: ¡un súper photocall! ¿Quieres 5 razones por las que no puede faltar uno en tu boda?
1. Protagonista de la decoración de la fiesta
Las flores, las sillas, los manteles, las luces, y todas esas cosas están muy bien, pero lo que realmente acapara la atención de los invitados es el photocall. ¡Todo el mundo está deseando estrenarlo! Desde que se percatan de su presencia, todos están deseosos por darlo todo ante la cámara, ¡y seguro que hasta se forma cola!
2. Ambienta una boda temática
Si eres de los atrevidos que quieren una boda temática, el photocall se convertirá en tu mejor aliado y en la excusa perfecta para sorprender a todos. ¿Estilo hawaiano? Ponemos unas palmeras y cocos. ¿Ambientada en un cabaret de principio del siglo XX? ¡Boas, flecos y pajaritas para todos! ¿Inspirada en El Señor de los Anillos? Montamos un mini Mordor con un Gollum si hace falta. ¿No irás a decir que no mola al máximo exponente?
3. Es un bonito recuerdo
Dado que nadie quiere perder la oportunidad de posar en el photocall, todo el mundo se hará un millón de fotos que subirán a las redes sociales o guardarán con mucho cariño en los próximos años. Y cuando hablen de tu boda, seguro que a nadie se lo olvida el momentazo en el que se hicieron la foto con ese decorado TAN original.
4. Puede ser muy barato
Te puedes gastar lo que te apetezca, pero si no hay mucho presupuesto, ¡da igual! Se puede montar un photocall divertido que enamore a todos los invitados sin necesidad de tirar la casa por la ventana. Además, es de las mejores inversiones de la boda, ya que lo disfrutarán absolutamente todos: niños, mayores, los novios, los amigos, los suegros, los cuñados, la prima del pueblo…
5. Lo más divertido a partir de cierta hora…
Todos sabemos que esto es así, porque en las primeras fotos salimos todos muy formalitos: los chicos con la chaqueta puesta y la camisa metida dentro del pantalón, las chicas en tacones de vértigo con mini bolsos muy monos… Y, sin embargo, una vez se abre la veda en la barra libre, todo el mundo saca su lado más divertido e informal para posar una y otra vez ante la cámara. Las combinaciones son infinitas entre mezclas de invitados y disfraces y elementos del decorado, por lo que seguramente os den las tantas hasta que hayáis fotografiado todas… 😁😁😁
¿Te casas el año que viene? ¡Enhorabuena! Tienes todo un año por delante para montar un súper evento para tropecientos amigos y familiares, pensar un millón de cosas para que todos se lo pasen pipa, buscar sitio, flores, música, decoración, y todo ello sin renunciar a tu trabajo y vida personal. ¿No te emociona semejante reto en tiempo récord? A nosotros sí, pero entendemos que no todo el mundo es tan friki de la organización de eventos y para más de uno la boda es al mayor quebradero de cabeza de la década. Sin embargo, para eso estamos los wedding planners, y por eso te damos 5 razones para que dejes tu bodorrio en manos de los expertos 😉
1. Organización impecable
¿Qué es lo primero que hay que pensar cuando te vas a casar? ¿Y después? ¿Qué es lo más importante? ¿Cómo cuadrar los tiempos y calendarios? No te preocupes porque tu wedding planner solo necesita saber dos cosas: cuándo os casáis y con qué presupuesto contáis. Con vuestros gustos en mente, esta persona se encargará de hacer magia (es decir, trabajar a tope) para que todo esté perfecto el día de la boda. Vosotros sólo tendréis que ir dando pautas sobre vuestros gustos y olvidaros del resto del estrés, que para eso estamos nosotros.
2. Creatividad a borbotones
Tanto si queréis una boda tradicional como si queréis dejar a todo el mundo con la boca abierta, la cabecita de un wedding planner no deja de maquinar mil y una ideas para que tu boda sea increíble. ¿Imaginas un photocall inspirado en Alicia en el País de las Maravillas, para que todo el mundo se haga súper fotones? ¿O que la iluminación del banquete sea a base de velitas dentro de farolillos vintage? No te conformes con poco si tus ganas piden más. Y por el presupuesto no sufras, porque te sorprendería saber la de cosas que se pueden hacer con un puñadito de euros. ¡Truquitos del gremio los wedding planners!
3. La agenda de un wedding planner
Pues sí, esta razón vale su peso en oro, porque por muy motivado que te veas organizando una boda, si no te mueves por el mundillo no sabrás por donde empezar a buscar un DJ que pinche música para todos los públicos, un fotógrafo que no te cobre tres riñones, o cómo amenizar la fiesta sin que el cuñado de turno baile Paquito el Chocolatero con la corbata anudada en la frente. Y, recordemos, todo esto compaginado con el trabajo, ir a hacer la compra y tender la lavadora. ¡Los wedding planner tienen una agenda llena de profesionales para encontrar a los que mejor se ajusten a tus necesidades! Ellos te proponen y tú opinas., así de fácil. Mucho mejor que poner en Google “Socorro, no sé por donde empezar a organizar mi boda“.
4. Calidad y profesionalidad
Los wedding planner saben de primera mano lo importante que es el día de vuestra boda y por eso van a trabajar muy duro porque todo salga perfecto desde el primer momento. Nada de chapuzas a medias, ni de apaños para salir del paso. Ellos invierten meses de trabajo y vosotros invertís ilusión (¡y dinero!), por lo que es fundamental garantizar un evento de calidad en el que las personas que participan sean profesionales de lo suyo. No merece la pena hacer experimentos porque sale más barato contratar al hijo de la vecina y luego llevarse una sorpresa decepcionante con el resultado.
5. Disfruta el día de la boda
Sonreír durante horas para todas las fotos, dar besos y abrazos a todo el mundo, y, en el caso de las novias, apañártelas para ir al baño. ¡Queremos que estas sean vuestras únicas preocupaciones el día de la boda! Y para eso está el wedding planner, presente durante todo el evento, controlando el cotarro y supervisando que todo sale a las mil maravillas. ¿Que el DJ se ha perdido de camino a la finca? Nosotros lo resolvemos. ¿Que se han olvidado de que tu prima es vegetariana? Nosotros lo resolvemos. ¿Que la abuela necesita un butacón para resistir all night long? Nosotros lo resolvemos. ¡Que este día sea solo para que lo disfrutéis al máximo!