¡Qué hambre nos dan estos jabones (que no jamones) tan originales!
¡Mmmmmm! Seguro que todos habéis entrado alguna vez en una tienda de jabones, donde todo huele taaaaan bien… ¡Pero tan bien que dan ganas de darle un bocado a lo primero que pilles! Y es que esos olores tan dulzones en seguida nos conectan con una pastelería y dan ganas de liarse a comprar absolutamente todo. Así que si a eso le sumas un packaging que acompañe… ¡Madre mía, qué hambre nos dan las tiendas de jabones!
Bolitas de helado
¡No digáis que esas canastillas llenas de bolas de jabón, que suelen ser bombas de espuma para la bañera, no os recuerdan a una súper tarrina de helado! Además, nada de un solo sabor, porque coges un jabón rosa, otro amarillo y otro marrón, ¡y riéte tú del helado de tres sabores de toda la vida!
Cupcakes multicolor
Olor dulce, en un molde de acordeón con una mora en todo lo alto. ¡Si no es un cupcake de verdad que alguien me lo quite de las manos! Porque este packaging es lo que le hacía falta a los jabones más golosos de las tiendas. Aunque, ¡qué demonios! Así yo creo que hasta me comería uno de jabón de Marsella…
Frutas de jabón demasiado apetecibles
Encontrar tu fruta favorita en versión jabón puede ser lo más de lo más porque podrás darte una sobredosis olfativa de manzana, pera o melocotón. Y si encima la forma y el packaging te lo presentan casi como si pudieras comprarlo en una frutería, ¡para qué queremos más! Este de sandía nos ha encantado porque tiene hasta la cáscara y las pepitas. ¡No le falta ni un detalle!
Jabón para tu Homer interior
Y si os hablábamos de forma chula y packaging original, se llevan la palma estos jabones que sacan a la luz nuestro Homer interior. ¡Si hasta brillan como si tuvieran glaseado, por favor! Sería el típico jabón que expondría en una estantería con un cartel gigante de “¡NO TOCAR! (Ni comer)”.
Polos tutifrutti
Aunque el proceso de elaboración no sea tan currado como otros, no por ello nos gusta menos. Y es que hay que ser fuerte y resistir la tentación de morder uno de estos polos de jabón que tan bien huelen, con esos colores tan llamativos que les hacen más irresistibles aún. Sí, es verdad, no se comen, pero nos encanta recrearnos con la posibilidad de hacerlo jijiji…