¿Quién no le ha preguntado a Google restaurantes chulos en los que cenar durante el fin de semana? Llega el viernes y, con todo el cansancio de la semana, lo último que apetece es meterse en la cocina, así que, ¡vámonos a cenar por ahí! Pero ya me dirás tú cómo pretendes que la gente llegue a tu restaurante sin una web que Google muestre en los resultados de búsqueda. Y no, solo Facebook no vale. Apaña, pero no hay punto de comparación. ¿Tienes un restaurante y aún andas sin página web?
Hemos de admitir que nos encanta el rollo gastronómico, no solo porque para nosotros comer es un sinónimo de felicidad, sino porque tiene un potencial que no todos aprovechan. Y es que una página web de un restaurante cala muy bien entre los comensales hambrientos con súper fotos, los deliciosos platos que puedes encontrar en su carta, un blog con las últimas novedades en gastronomía y, como punto álgido de la visita a la web, un botón de reserva que te permita tener mesa con solo un click. Así enamoras a la gente, ¡seguro!
Y oye, no salgas por la tangente de que una página web es mucha pasta, porque nosotros las diseñamos bien bonitas, como esta que hicimos para Alma de Toledo, Tres Culturas, un restaurante con carta vegetariana y de sabores de otras culturas en pleno centro de Toledo. ¡Y a un precio estupendo! Apto para cualquier bolsillo que valore el trabajo de diseñar y crear una página web. A ver, moninos, ¿cuánto diríais que ha costado esta página web? Ojo, con sesión de fotos incluida 😏
Sublimotionnació hace sólo un par de años y ya ha acaparado la prensa de medio mundo. Y no únicamente porque sea el restaurante más caro del mundo (que también, porque el menú degustación por persona son 1.500€), sino por la experiencia única de realidad virtual que ofrece entre sus cuatro paredes. El martes tuvimos la suerte de contar con su director, Eduardo Vega, en el evento The App Date Foodies en la Fundación Telefónica de Madrid, quien nos planteó la siguiente pregunta: ¿Cómo será una cena de amigos en 2050? Y es que Sublimotion va un paso por delante.
Una habitación-cápsula de 70 metros cuadrados y unos techos de 7 metros de alto reciben a los 12 afortunados comensales que degustarán mucho más snacks que hechos con todo el mimo del mundo. Porque primeramente, te quedas con la boca abierta por el poder de las gafas de realidad aumentada, recordando a la visión especial de robots como Terminator, pero después te sumerges de lleno en la realidad virtual, transportándote a lugares apasionantes sin ni si quiera levantarte de la silla. Casi se te puede olvidar que estás en el restaurante de Paco Roncero, porque se cuidan detalles como la temperatura de la sala y el aroma para que un aura de tecnología envuelva la experiencia. Vamos, que los 1.500€ del cubierto se amortizan bien.
Para evitar los peligros de emplear cuchillo y tenedor en realidad virtual, los aperitivos se cogen con la mano, con la curiosa recomendación de cerrar los ojos para ser capaz de atinar en la boca, ya que la cámara de las gafas se encuentra en el lateral izquierdo y si no te acabas estampando el bocadito en pleno moflete. De todos modos, una preciosa maestra de ceremonias así como todo un equipo en el back office se ocuparán de que todo salga a las mil maravillas y los comensales disfruten de la combinación de gastronomía, tecnología y espectáculo, porque para colmo, su emplazamiento no podría ser más ideal: el Hard Rock Hotel, en la Platja del Bossa en Ibiza. ¿Quién quiere (o puede) iiiiiiir?