El cerebro es débil y las rebajas… lo saben
Bueno, bueno, bueno: ¡pistoletazo de salida para las primeras rebajas del 2016! Como a muchos todavía les quedan ganas de gastar más dinero tras las compras navideñas, las tiendas nos ponen en bandeja descuentos y ofertas irresistibles, porque ¿cómo vamos a dejar pasar semejantes chollos? Pero ojo, tanta emoción nos hace ser carne de cañón para nuestras marcas favoritas y utilizan los truquitos de marketing que tienen guardados en la manga para que demos nuestro 100% durante las próximas semanas. ¿Quieres saber cuáles son?
Los precios psicológicos
Por mucho que sepamos que 1,95€ es prácticamente lo mismo que 2€, a nuestro cerebro le gusta más la primera opción, porque ya lo consideramos un euro y pico en lugar de dos y nos damos por satisfechos bajo este razonamiento. Alternativamente, también nos dejamos convencer por los precios redondos, sin céntimos “extra” y curiosamente podemos sentirnos más atraídos por algo de 15€ que de 14,95€.
Las decenas rebajadas
Si a simple vista ves un artículo que ha pasado de 93€ a 79€ y otro de 89€ a 75€, ¿cuál parece que está más rebajado? Aunque en ambos casos la rebaja es de 14€, en el primero nos puede parecer más porque contamos dos decenas entre los precios, mientras que en el segundo sólo una. ¡Así de relativos son los 14€!
Las bolsas de la compra
¡Fíjate qué majos, que hasta te ponen bolsas y carritos enormes en la entrada para no tengas que ir cargado como una mula y puedas ir guardando todo lo que quieras! Por supuesto, cuidar la experiencia del consumidor en la tienda es primordial, pero a su vez propicia que compremos más cosas de la cuenta sin percatarnos.
La música
El hilo musical nos marca el ritmo de compra y nos genera motivación. Por eso, en un supermercado la música será tranquila, para poder recorrerte los pasillos sin prisa y pensar con tranquilidad las muchísimas cosas que te faltan en la nevera; en cambio, las tiendas de ropa juvenil llegan a parecer auténticas discotecas que te ponen en situación para el plan del fin de semana.
El marketing olfativo
Tener un aroma característico es un arma muy potente para las marcas, pues crean un ambiente exclusivo, del que únicamente se puede disfrutar en sus tiendas y donde el cliente se siente cómodo durante la compra. Incluso, existen empresas especializadas, como ScentAir, que fabrica fragancias de acuerdo a los productos y los clientes de cada negocio.
La posición de los productos
Los productos más caros suelen estar a la altura de nuestra cabeza, para que sea lo primero que nos entra por los ojos, así como los más baratos son menos cómodos de coger por tener que agacharnos o por apenas alcanzarlos del estante. También la venta cruzada hace de las suyas, incitando a comprar productos complementarios. Podemos ir a por un teléfono móvil y acabar llevándonos además una funda, el cargador para el coche y un brazalete para salir a correr (aunque no corramos desde el instituto).
La ubicación de los productos dentro de la tienda
En rebajas, llegar a la sección de productos con descuento no es tarea fácil. Por lo general, la nueva temporada y novedades están según entras por la puerta, mientras que las rebajas están al fondo, obligándote a recorrer el establecimiento de punta a punta. El resultado de este tour suele ser amor a primera vista con lo que no tiene descuento, quedando lo rebajado en un segundo plano. Igual que cuando estás en la cola que, presa del aburrimiento, empiezas a mirar y picotear de los productos que te acompañan durante el recorrido hasta la caja.
El estilo mercadillo
Si algo está como una maraña en un cajón o colgado a presión en un perchero lleno a reventar, tiene que ser barato. O al menos eso es lo que suponemos, pero tampoco lo pensamos dos veces y nos sumamos a la búsqueda de la ganga. Si unimos a la creencia de que esos productos están muy rebajados con la ansiedad de que nos quiten lo mejor, tenemos la combinación perfecta para comprar más de lo que pretendíamos.
El visual merchandising
Focos de luces que nos indican sutilmente dónde debemos centrar nuestra atención, maniquíes de formas imposibles que lucen looks de infarto, personal de tienda con sonrisas de anuncio que, además, desprenden amabilidad por los poros, carteles en rojo que gritan REBAJAS, ÚLTIMOS DÍAS, HASTA -70%… El visual merchadising de las tiendas nos atrae como un imán para entrar en ellas y querer comprar absolutamente todo.
Nuestro cerebro es débil y las rebajas lo saben. Y en el fondo, nosotros también, pero eso no quita que nos dejemos querer por la magia potagia del marketing. ¡Hala, a disfrutarlas mucho!